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Heroe de la URSS, Capitán de la Guardia

L.P. IVANOV

"Reconocimiento del nudo aereo

enemigo"

Informe del combate

Biografía del piloto

 

Combate realizado con: Pe-2

Misión de reconocimiento del nudo aéreo enemigo

 

La mayor dificultad, y al mismo tiempo la gracia de ser un piloto de reconocimiento consiste en un vuelo libre. Un piloto de reconocimiento tiene que ver todo, y a la vez ser invisible para los demás.

 

La mayor tensión se produce sobre todo a la hora de realizar misiones sobre la red de aeródromos enemigos. Y es cuando se requiere mayor atención.

 

Los aeródromos siempre están fuertemente defendidos por la artillería antiaérea y por la aviación de caza, por lo cual la probabilidad de encontrarse con ellos es muy elevada.

 

A continuación voy a describir uno de los episodios de la misión de reconocimiento del aeródromo de Pendzheyuv, realizada en otoño del 1944.

 

En aquel entonces la línea del frente pasaba por el río Visla. El enemigo se había hecho muy fuerte sobre todo en la región de campo de operaciones de Sandomir, que se encontraba en la orilla occidental del río Visla.

 

A 40-50km de la línea del frente, en la región de la estación de Pendzheyuv se encontraban 4 aeródromos enemigos. Los últimos días a causa de una intensa niebla y lluvia yo no pude realizar misiones de reconocimiento aéreo.

 

Pero finalmente el tiempo había mejorado. La nubosidad llegaba a 800-2500m, en algunos sectores era discontinua. A veces había precipitaciones transitorias.

 

Dada la gran cantidad de puestos de alerta y observación enemigos, no había ninguna posibilidad de acercarse al aeródromo enemigo sin ser descubierto.

 

Solamente había una manera de realizar con éxito esta misión de reconocimiento: realizar una acción pertinente, agresiva y utilizando el factor-sorpresa.

 

La tripulación recibió órdenes de la misión y comenzó a estudiar el terreno. Para obtener el éxito, decidimos aprovechar la nubosidad existente en la zona. Una gran experiencia de mi tripulación, que para aquel entonces había realizado más de 200 misiones de reconocimiento, nos daba la plena seguridad de que aquella misión también será realizada con éxito.

 

Se puede afirmar que no existe ninguna receta para un piloto de reconocimiento. Todo depende de la situación concreta, y de cómo su tripulación se comporte en aquella situación concreta.

 

Despegamos. Entre las nubes se podía distinguir la nieve. La tensión incrementó en el momento cuando entrábamos en las nubes antes de cruzar la línea del frente. Teníamos que cruzarla de tal manera que el enemigo no pueda detectar nuestro rumbo.

 

En vez de tomar el rumbo hacia estación de Pendzheyuv, tomamos rumbo hacia la ciudad de Keltsy, a 40km al norte de Pendzheyuv. Estábamos a 2000m de altitud. Periódicamente salíamos de las nubes para volver a entrar enseguida.

 

Antes de acercarse a la ciudad Keltsy, giramos al sur y realizando un círculo de 40-50km de diámetro rodeamos Pendzheyuv y salimos por su parte oriental.

 

Verificábamos el rumbo por las referencias terrestres. Atravesamos el aeródromo oriental y salimos a la estación. Estuvimos volando cierto tiempo dentro de las nubes. El navegador me dio la orden de bajar, incrementando la velocidad a 500-550 km/h.

 

El hecho de pasar de un vuelo a ciegas a un vuelo normal es notado por un piloto de forma bastante intensa, aun más cuando pasa a un vuelo a gran velocidad.

 

Cuando alineaba el avión, en contados segundos observé todo el panorama terrestre.

 

El navegante realizó los cálculos de forma muy precisa: por delante teníamos el aeródromo y la estación de Pendzheyuv. No se había detectado ningún caza en el aire. Estábamos encima del objetivo.

 

El navegante, capitán de la Guardia A. Bolshakov encendió la aerofotocámara. Fotografiamos el aeródromo que teníamos debajo de nosotros.

 

Nos dispararon antiaéreos por la izquierda y por detrás, y enseguida despegaron varios cazas para interceptarnos, pero ya era demasiado tarde. Realicé un suave giro a la derecha para generar error de tiro de los antiaéreos, y tomamos rumbo hacia la estación ferroviaria.

 

Unos minutos después nuestro avión entró en una espesa nubosidad, dejando a los cazas enemigos totalmente desorientados.

 

Pero por delante teníamos dos aeródromos más. Según los datos del servicio de reconocimiento aéreo, nosotros sabíamos que estos dos aeródromos están fuertemente protegidos por la artillería antiaérea. Adicionalmente teníamos el riesgo de encontrarse con los cazas, levantados por los puestos de alerta y observación aérea.

 

Volamos en las nubes durante 3-4 minutos. Con un giro derecho salimos de las nubes, sabiendo que en esta zona no había objetivos militares, por consiguiente, no deberíamos encontrar ninguna oposición. Los cazas que nos perseguían no pudieron localizarnos, dado que ya nos encontrábamos a 20-25km del objetivo anterior.

 

Verificamos nuestra posición y tomamos rumbo justo al oeste de la estación de Pendzheyuv. Teníamos puesta toda la atención en el aire. Pasamos por la izquierda del aeródromo. Desde 1,5km de distancia nos aseguramos de que no había cazas enemigos patrullando sobre el aeródromo.

 

Realizamos un giro brusco, y a gran velocidad nos dirigimos justo hacia el aeródromo. La bombilla de control de la aerofotocámara en el panel de control esta parpadeando, y el contador esta registrando la cantidad de fotos realizadas.

 

“¡Izquierda!” – grita el artillero-operador de radio starshina Mironov. En una tripulación bien coordinada esta acordado que cualquier miembro de tripulación da las ordenes directamente al piloto para ahorrar el valioso tiempo: cada instante de retraso puede resultar ser mortal. Realizamos bruscamente un giro a la izquierda y volvemos a tomar el rumbo inicial. Las explosiones de proyectiles antiaéreos quedan a la izquierda.

 

La misión estaba cumplida. Variamos nuestro rumbo en dos o tres ocasiones más. Incrementando la altitud de vuelo volvemos a entrar en las nubes.

 

Por delante había un aeródromo más, que se en encontraba 20km al sur-oeste de Pendzheyuv. Entramos a ese aeródromo por el oeste. Lo rodeamos por la izquierda para poder observar el espacio aéreo sobre este aeródromo.

 

Volábamos a gran velocidad unos 80-100m por debajo de las nubes. Una buena reserva de velocidad nos da la posibilidad de volver a entrar en las nubes rápidamente. Antes de realizar la pasada por encima del aeródromo, el navegador detectó 2 puntos que se nos estaban acercando por la derecha y por la izquierda. Rápidamente analizamos la situación.

 

Como mucho les quedaba 1 minuto para poder acercarse a nosotros a una distancia de abrir el fuego de eficacia. Era el tiempo suficiente para que el navegador pueda realizar una observación del aeródromo e identificar el tipo y cantidad de aviones estacionados en el, realizando las fotos. El navegador de mi avión de reconocimiento era todo un experto. Su entrenada vista era capaz de identificar la cantidad de aviones en cualquier aeródromo con un error de 3-4 aviones y de forma visual. Estos datos eran confirmados posteriormente por la fotografía aérea.

 

Los alemanes estaban a punto de alcanzarnos. Una vez fotografiado el aeródromo, con un ligero movimiento de la palanca del avión volvemos a entrar en las nubes en sus narices.

 

A partir de aquel momento, volando en una nubosidad continua, nada ya podía impedirnos a llevar a nuestra base los valiosos datos y las fotografías aéreas obtenidas.

 

 

FAE_Cazador / HR_Torero

 

 

 

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