El combate aéreo
nocturno es considerado como uno de los más complicados, pero a la
vez más necesarios para la aviación de caza de PVO (Defensa
Antiaérea). Los ataques efectuados por los bombarderos enemigos
sobre grandes centros industriales, ubicados a grandes distancias de
la línea del frente, se realizaban básicamente por la noche con el
objetivo de evitar sufrir bajas a causa de los cazas y de la
artillería antiaérea.
Las misiones nocturnas
de los bombarderos son efectuadas contra objetivos alejados a unos
30-60km de la línea del frente en aquellos casos que la fuerte
oposición por parte de la artillería antiaérea no permite realizar
estas misiones de día. Por ejemplo, los alemanes se vieron obligados
actuar de noche en verano de 1943 durante las operaciones en las
direcciones estratégicas de Orel-Kursk y Smolensk.
La lucha contra los
bombarderos que actúan de noche se lleva a cabo de diversas maneras.
1) Acción
coordinada con los reflectores antiaéreos en SPP (campos de
reflectores antiaéreos).
Este método es
considerado como el más eficaz, pero no siempre es posible emplearlo,
dado que para ello se necesita una gran cantidad de reflectores
antiaéreos capaces de iluminar el objetivo por lo menos durante 5
minutos.
2) Acciones de
cazas en zonas iluminadas ubicadas en las rutas más probables
empleadas por los bombarderos enemigos.
Emplear este método es
posible cuando el KP (puesto de mando) del grupo de cazas esté
dotado de medios de guiado radioelectrónico y consiste en lo
siguiente: los bombarderos enemigos son iluminados sobre su ruta por
nuestros aviones iluminadores que lanzan SAB (bombas de iluminación)
con el objetivo de dar la posibilidad a nuestros cazas de detectar
al enemigo visualmente y aproximarse a él.
3) Búsqueda libre
sin iluminar el objetivo por ningún medio.
Este método se asemeja
a la “caza libre” y se emplea en las rutas de vuelo utilizadas por
la aviación enemiga durante las noches claras. La eficacia de este
método mejora de manera significativa cuando se emplean medios de
guiado radioelectrónico. Este método también es empleado para
rechazar ataques nocturnos de los bombarderos en las cercanías a la
línea del frente, donde no existe la posibilidad de crear campos
luminosos con los reflectores antiaéreos o una eficaz defensa
antiaérea con la AAA. En este caso, los cazas deben efectuar la
búsqueda en determinadas zonas de patrulla cerca de los objetivos de
mayor importancia.
En junio de 1943 mi
escuadrilla, formada por 8 cazas Yak-1, desde el aeródromo de
Kashira tuvo que realizar la misión de interceptar a los bombarderos
enemigos (que se dirigían hacia ciudad de Górkiy), empleando la
búsqueda libre a lo largo de su probable ruta de vuelo.
A la noche del día
21.06.1943 despegué hacía mi zona de patrulla. La altitud media de
vuelo de los bombarderos, que se dirigían en solitario o por
parejas, se estimaba en un rango de entre 4.000 y 4.500m
(determinada mediante el radar terrestre). Partiendo de esta
premisa, yo iba maniobrando en mi zona de responsabilidad, variando
altitud entre 3.500 y 4.000m para encontrarme mas bajo respecto a la
altitud estimada de los bombarderos enemigos. Esto durante un vuelo
nocturno da la posibilidad de detectar con mayor facilidad al avión
enemigo contra el cielo, permaneciendo a la vez oculto sobre el
fondo oscuro de la tierra.
Durante aquella noche
no hubo luna y además hubo una ligera niebla. No había nubes. En la
parte norte y nororiental del horizonte había bandas claras, que me
facilitaban la observación en aquella dirección. Al pasar 20-25
minutos tras el despegue, detecté sobre la parte clara del horizonte
la silueta de un bombardero, que iba con rumbo aproximado de 90º.
Durante la noche es mucho más difícil determinar la distancia hasta
el objetivo, si lo comparamos con las condiciones diurnas, pero
tomando en consideración el tiempo que tardé en aproximarme al
bombardero, creo que lo detecté visualmente a una distancia
aproximada de 1,5-2km. Procurando no perderlo de vista, comencé la
aproximación en el mismo rumbo que iba el enemigo.
El St. Leytenant de la
Guardia Kryukov y yo hemos abierto fuego sobre el bombardero al
mismo tiempo por pura casualidad: no nos habíamos visto. Lo más
probable es que esto ocurrió porque ambos concentramos toda nuestra
atención sobre el enemigo, reduciendo en consecuencia nuestra
observación periférica.
El St. Leytenant
Kryukov, patrullando en una zona colindante, también detectó a ese
bombardero y realizó la aproximación al mismo tiempo que lo hice yo.
Tras nuestro primer ataque, al bombardero se le incendió la cola,
probablemente a causa de la perforación de los depósitos de oxigeno
que se encontraban en la parte trasera del fuselaje del Ju-88, así
que ya no había riesgo de perderlo de vista.
Para evitar chocarnos
con Kryukov, nos pusimos de acuerdo por radio para realizar ataques
desde distintas direcciones y tras finalizar el ataque no colocarse
en el lado contrario.
Los artilleros del
bombardero no nos vieron, dado que permanecimos en todo momento mas
bajo respecto al bombardero, con lo que estaban disparando sin
apuntar en ningún objetivo concreto.
Tras efectuar 2 o 3
ataques desde distancias cortas, el Ju-88 cayó envuelto en llamas en
la zona de la ciudad de Ozery (al sureste de Moscú, a 120km).
El avión de Kryukov
sufrió un impacto en el depósito de combustible. Esto se explica por
el hecho de que nuestras maniobras durante los ataques eran
limitadas, ya que nos pusimos de acuerdo de no cruzar en el lado
contrario tras finalizar el ataque para evitar chocarnos en el aire.
El combate nocturno
contra los bombarderos y en condiciones de mala visibilidad hacia
abajo es mejor efectuarlo con un caza solitario, dado que incluso
con una pareja es prácticamente imposible coordinar las acciones.
Pero en otras condiciones, por ejemplo cuando se actúa en
condiciones de crepúsculo, o durante una noche clara con luna llena
y cuando el enemigo efectúa acciones en grupo, la posibilidad de
actuar en grupo de cazas sería viable.
Por ejemplo, durante
julio y agosto de 1943 mi escuadrilla tuvo que actuar desde el
aeródromo Dvoevka contra grupos de bombarderos enemigos que
efectuaban el lanzamiento grupal de bombas sobre nuestras tropas
emplazadas en la zona de estación Urga (40km al sur de Vyazma), y
también en Vsjody y Podmoshie. El enemigo comenzaba a actuar en el
crepúsculo, cuando la aviación frontal ya no podía hacerles frente.
En estas condiciones volábamos en grupos formados por 4 o 6 aviones
(lo más frecuente eran 4) despegando al comienzo del crepúsculo y
dirigiéndose a la zona asignada para cubrir a las tropas terrestres,
colocándonos a 2.000-2.500m de altitud. Recibíamos la información
general sobre la situación aérea desde el KP (puesto de mando),
dotado de un radar. Pero nunca logramos efectuar un auténtico
combate aéreo en grupo, dado que tras el primer ataque todas las
tripulaciones comenzaban a actuar de manera solitaria y se perdían
de vista unos a otros. La reunión de nuestros cazas con el líder del
grupo tras finalizar el combate se efectuaban solamente con el
objetivo de poder ayudar a los puntos o a los pilotos menos
experimentados para volver a nuestro aeródromo. Para facilitar la
reunión, el líder se ponía en circulo y así volaba durante unos 5-7
minutos sobre algún punto de referencia bien visible, comunicando
por radio su posición y altitud en la que se encontraba, activaba
las luces de aeronavegación y encendiendo periódicamente el faro, la
luz del cual a esta altitud se podía detectar con facilidad a una
distancia de hasta 30 kilómetros.
Considero que hay
que destacar las siguientes particularidades del trabajo nocturno de
un caza:
1) La búsqueda debe
realizarse posicionándose mas bajo respecto a la altitud de vuelo
estimada del enemigo; al mismo tiempo hay que maniobrar, variando
altitud en un intervalo entre 500-700m, observando la parte clara
del horizonte, con la cabina abierta y con la iluminación del
tablero de instrumentos apagada.
2) Cuando varios cazas
actúan simultáneamente en grupo, cada uno de los pilotos debe tener
una zona de actuación asignada, bien determinada desde tierra, y
mantener estrictamente la altitud asignada (dentro de un rango de
altitudes prefijado para efectuar la búsqueda, para la vuelta a su
aeródromo, para efectuar la entrada al aeródromo y etc.).
3) La zona donde se
efectúan los vuelos debe ser estudiada por los pilotos hasta tal
punto que cada una de las referencias visibles pudiera ser
reconocida fácilmente y utilizada durante la vuelta hacia el
aeródromo. Además, los aviones deben estar dotados de PRK-10
(radiobrújula), y el aeródromo debe tener el radiotransmisor de
guiado y baliza luminosa.
4) El aeródromo, desde
el cual se efectúan vuelos nocturnos, cuando se encuentra cerca de
la línea del frente, está sometido al gran riesgo de ser bloqueado
por el enemigo, lo que en consecuencia provoca bajas significativas
entre los cazas que vienen de vuelta con poco combustible tras
cumplir su misión de combate, por lo cual es necesario organizar el
buen funcionamiento de un aeródromo de reserva. |