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Los cazas "Yak" en la Gran Guerra Patriotica

 

Yak-9T (Yak-9-37) M-105PF

 

[TsAMO, f. NII VVS, op. 485690, d. 418 y d. 37; op. 485716, d. 270 y 271]

 

Yak-9T (T = tanque) con el motor M-105PF, la hélice VISh-105SV de 3,0m de diámetro y el potente cañón era una de las primeras modificaciones (junto al Yak-9D) del Yak-9 de serie y de dos depósitos. Se diferenciaba de éste último principalmente por el armamento.

 

El armamento del Yak-9T estaba compuesto por el cañón-motor del OKB-16, el 11P-37 (llamado más tarde NS-37) de calibre 37mm y una ametralladora sincronizada UBS. La masa total del armamento era de 315,5kg, frente a 168,3kg del Yak-9 de 2 depósitos (dotado de 1 cañón ShVAK y 1 ametralladora UBS).

 

El desarrollo del cañón 11P-37 comenzó en 1941 por parte del grupo de ingenieros, dirigidos por A.E. Nudelman y A.S. Suranov.

 

Las pruebas estatales del cañón terminaron con éxito en agosto de 1942. El cañón también pasó con éxito las pruebas de ejército (en los LaGG-3) entre abril y mayo de 1943, tras las cuales fue admitido en el ejército definitivamente.

 

El cañón se ubicaba entre los bloques de cilindros y disparaba a través del eje hueco del reductor y el eje de la hélice. Se fijaba en dos puntos: al motor y al planeador. El cañón se sobresalía del cono de la hélice 160mm, por tanto la longitud total del Yak-9T era de 9,66m frente a 8,50m del Yak-9.

 

La ametralladora tradicionalmente se ubicaba en la parte izquierda superior del fuselaje y se utilizaba para corregir la ráfaga antes de abrir fuego con el cañón.

 

La capacidad de las cajas de munición era la siguiente:

 

- con carga libre: 30 proyectiles para el cañón y 200 cartuchos para la ametralladora;

 

- con carga compacta: 32 proyectiles para el cañón y 220 cartuchos para la ametralladora.

 

La alimentación del cañón y de la ametralladora era continua, por medio de la cinta de munición desintegrable, formada por eslabones metálicos.

 

Los casquillos y los eslabones de la ametralladora se recogían en un compartimiento especial del fuselaje. Los del cañón en un colector, ubicado debajo del cañón.

 

La recarga de las armas era neumática. El mando de disparo del cañón y de la ametralladora eran independientes, mediante botones que gobernaban el sistema electroneumático de disparo EPS-1. Los botones se ubicaban en la palanca del avión de modelo estándar.

 

Para atacar objetivos aéreos, el piloto apuntaba de forma estándar, dirigiendo el avión mediante el visor circular mecánico VV-1 (visor aéreo ¹1) compuesto por una anilla, ubicada en la cabina, y un punto de mira en el fuselaje, frente al parabrisas blindado.

 

Para atacar objetivos terrestres, en la parte cercana al borde de ataque del ala fueron dibujadas unas marcas, que se usaban para realizar el picado a un ángulo correcto y determinar la distancia de abrir el fuego.

 

La instalación de un cañón tan grande y pesado (3.400mm de largo y 150kg de peso) exigió realizar una serie de importantes modificaciones estructurales en el avión. Se reforzó la carcasa de fuerza de la parte frontal del fuselaje. Para instalar la culata y mantener el centrado dentro de los límites permitidos, la cabina del piloto fue desplazada hacia atrás 400mm, lo que en cierta medida empeoró la visibilidad en la semiesfera delantera (durante el aterrizaje) pero a la vez mejoró la visibilidad de la semiesfera trasera (durante el vuelo). Gracias a que la cabina fue desplazada hacia atrás, lo que en su lugar desplazó hacia atrás el centrado, el Yak-9T era menos inerte en comparación con otros aviones, lo que permitía al piloto realizar maniobras de combate adelantándose al enemigo.

 

La instalación de un cañón de 37mm exigía mejorar la calidad de producción de los cazas, sobre todo la calidad del montaje, dado que la gran fuerza de retroceso (del orden de 5.500kg) provocaba daños en las juntas de las tuberías, la aparición de grietas y la destrucción de determinadas piezas.

 

Acorde a la resolución del GKO del 18 de febrero de 1943, todos los Yak-9, incluyendo al Yak-9T, a partir de 1 de marzo deberían ser fabricados en versión de gran alcance (con una reserva de combustible de 480kg). Esta cantidad de combustible empeoraba las características de vuelo del Yak-9T durante la primera fase de vuelo, sobre todo la velocidad ascensional y la maniobrabilidad en la dimensión vertical. Por eso los Yak-9T siguieron fabricándose con una reserva de combustible de 330kg y una masa de vuelo de 3.025kg.

 

Con esta masa de vuelo el Yak-9T por sus características de vuelo y pilotaje era equiparable al Yak-9 de 2 depósitos, siendo en cierta medida inferior en maniobrabilidad vertical pero superándolo muy significativamente por su potencia de fuego.

 

Por su masa de la ráfaga por segundo, el Yak-9T superaba 2,24 veces al Me-109G-2 (3 armas), 1,16 veces al Me-109G-2 (5 armas), 1,31 veces al Me-110 y  1,09 veces al FW-190A-8 .

 

En comparación con el Me-109G-2 (3 cañones y 2 ametralladoras) el Yak-9T tenia mayor velocidad horizontal hasta 4.600m de altitud. A 4.600m sus velocidades se igualaban, y a altitudes mayores la ventaja pasaba al Me-109G-2.

 

En cuanto a la velocidad vertical, hasta la altitud de 2.500 - 3.000m y por encima de los 4.000m el Yak-9T en cierta medida era inferior al Me-109G-2. En el rango de altitudes entre 3.000 y 4.000m las velocidades verticales del Yak-9T y del Me-109G-2 eran prácticamente iguales.

 

En maniobrabilidad horizontal, hasta 5.000m de altitud el Yak-9T tenia una clara ventaja frente al Me-109G-2 (al tener el Yak-9T menor radio y tiempo de viraje).

 

En maniobrabilidad vertical el Yak-9T conservaba su ventaja hasta 3.000m de altitud. En el rango de 3.000-4.500m los parámetros de ambos eran equivalentes, y por encima de esta altitud la ventaja pasaba al Me-109G-2.

 

El Me-109G-2 era difícil de manejar, y en caso de tirar en exceso de la palanca entraba en barrena. Tenía cierta ventaja en picado frente al Yak-9T, pero durante la salida del picado exigía al piloto realizar un esfuerzo físico demasiado elevado, por eso la salida del picado era lenta en el tiempo y larga en el espacio. Este factor era aprovechado por los pilotos soviéticos cuando atacaban al Me-109G-2, adelantándose en la salida del picado o alcanzándolo en la “montaña”. El Me-109G-2 tenia una mala visibilidad trasera por lo que el piloto no podía detectar al avión adversario que se podía en su cola. Además, el Yak-9T era capaz de llevar a cabo un combate aéreo ofensivo incluso basado en virajes.

 

El Yak-9T fue construido por el OKB de A.S. Yákovlev en enero de 1943, acorde a la resolución del GKO del 25 de diciembre de 1942. Estuvo pasando las pruebas de armamento en el NIPAV (polígono científico de pruebas de armamento aéreo) entre 10 de enero y 12 de febrero de 1943 y las pruebas de vuelo en el NII VVS desde 15 de febrero hasta 4 de marzo (piloto de pruebas V.I. Jomyakov, ingeniero en jefe encargado del avión A.T. Stepanets, el ingeniero de armamento L.I. Los).

 

El Yak-9T se producía en serie en la fábrica ¹153 desde marzo de 1943 hasta junio de 1945. En total se fabricaron 2.748 unidades.

 

El Yak-9T se comenzó a usarse a comienzos de 1943. A finales de este mismo año se comenzó a utilizarse con éxito contra los barcos enemigos en el Mar Negro.

 

Las pruebas de ejército (combates reales) se realizaron con 34 Yak-9T, desde 5 de julio hasta 6 de agosto de 1943 en el Frente Central, 16º Ejercito del Aire. En el Yak-9T volaron 80 pilotos de 6 regimientos, que formaban parte de la 273ª IAD del 6º IAK y la 1ª GIAD de Stalingrado. Fueron realizados 78 combates aéreos (en 31 de ellos se logró derribar aviones enemigos). En estos combates, aparte del Yak-9T, participaron también los Yak-1, Yak-7B y Yak-9 (480 salidas en total, de las cuales 150 fueron con el Yak-9T). 110 aviones enemigos fueron derribados:

 

- 54 FW-190;

- 4 Me-109;

- 31 Ju-87;

- 14 Ju-88;

- 7 He-111.

 

De esta lista, 49 (un 44,5%) fueron derribados por los Yak-9T. Los soviéticos perdieron 36 aviones, de los cuales 12 fueron los Yak-9T.

 

El consumo medio de munición por cada avión derribado fue:

 

- 147 proyectiles de 20mm (Yak-1, Yak-7B y Yak-9);

 

- 31 proyectiles del calibre 37mm (Yak-9T);

 

- 123 cartuchos del calibre de 12,7mm (todos los aviones).

 

Entre el 17 de agosto y el 18 de septiembre de 1943, 12 aviones Yak-9T estuvieron pasando las pruebas de ejército conjuntamente con otros 3 Yak-9D en el 18º GIAP del 1er Ejército del Aire (Frente Occidental). En los Yak-9T fueron realizados 172 vuelos de combate con una duración total de 151 horas 54 minutos. Se efectuaron 47 combates aéreos, en los cuales fueron derribados 9 y dañados 2 aviones enemigos:

 

- 4 FW-190;

- 4 He-111;

- 2 Ju-87;

- 1 FW-189.

 

Se perdieron 3 Yak-9T.

 

La aparición del Yak-9T en el frente provocó un fuerte efecto psicológico al enemigo y alivió significativamente el esfuerzo bélico a los cazas soviéticos de otros modelos cuando actuaban conjuntamente con los Yak-9T.

 

Antes de la aparición del Yak-9T los FW-190, con su potente armamento, a menudo realizaban ataques frontales contra los Yak-1. Pero tras la aparición del Yak-9T, los FW-190 comenzaron a evitar los ataques frontales contra los “Yak”.

 

El cañón de 37mm permitió incrementar la distancia de disparo. Sin reducirse la probabilidad de eliminar el avión enemigo, se redujo la probabilidad de que un Yak-9T sea derribado por los artilleros de un bombardero.

 

Las distancias óptimas de abrir fuego con el cañón de 37mm eran las siguientes:

 

- contra los cazas: 400-100m;

- contra los bombarderos: 600-500m.

 

Pero para romper la formación de los bombarderos era suficiente con disparar desde 1.000-1.200m, si las cintas de munición estaban cargadas con proyectiles de alto explosivo y espoletas con autodestrucción.

 

La experiencia bélica, acumulada durante el uso del Yak-9T demostró que la configuración de su armamento (1 NS-37 + 1 UBS) en el sentido táctico era bastante acertada. El impacto de un proyectil en un avión enemigo provocaba su completa destrucción. Además, los proyectiles perforantes del cañón NS-37 perforaban fácilmente 30mm del blindaje de los carros de combate a una distancia de 500m y a un ángulo de tiro de hasta 45º.

 

La gran eficacia del proyectil de 37mm y su limitada cantidad exigían al piloto disparar con precisión y solo con ráfagas cortas de 1-2, máximo 3 proyectiles.

 

El disparo de ráfagas largas causaba un gasto de munición innecesario, dado que tras 2-3 disparos y debido a la gran fuerza del retroceso del cañón, el avión se desviaba de la línea de disparo y bajaba el morro, lo que provocaba “tiro corto” en caso de disparar sobre objetivos terrestres y la bajada de la ráfaga cuando se disparaba en objetivos aéreos. Para continuar con el disparo, había que volver a apuntar.

 

La estabilidad de vuelo durante el disparo con el cañón, como es obvio, dependía de la velocidad de vuelo y de la longitud de la ráfaga: a mayor velocidad de vuelo y ráfaga más corta, menor era la influencia de la fuerza de retroceso sobre la dirección de vuelo.

 

El Yak-9T se usó con éxito tanto contra cazas como contra bombarderos. Gozaba de una gran popularidad entre pilotos, que lo valoraban alto gracias a su potente armamento y buenas características de vuelo.

 

En el informe final sobre las pruebas de ejército se destacaba:

 

1) El Yak-9T es un avión necesario para VVS KA;

 

2) A la hora de formar unidades de aviación de caza, lo óptimo sería dotar a los regimientos operativos de forma mixta: 30-50% de los “Yak” con armamento estándar y 70-50% de los “Yak” con cañón de 37mm;

 

3) Con los Yak-9T se deben equipar las unidades cuyos pilotos dominan bien el tiro aéreo. El piloto del Yak-9T debe ser una especie de un francotirador aéreo y debe saber eliminar al enemigo con el primer disparo [TsAMO, f. NII VVS, op. 485690, d. 37].

 

El desarrollo en medio de la guerra del Yak-9T con un potente y rápido cañón de 37mm y su rápida puesta en producción y explotación jugaron un importante papel a la hora de ganar el dominio aéreo por parte de la aviación soviética.

 

HR_Crash / HR_Torero

 

 

 

 

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